Durante más de un siglo, el Tyrannosaurus rex ha sido el rey indiscutible del mundo prehistórico: un depredador formidable, símbolo de poder, fuerza y dominio en el Cretácico superior. Sin embargo, en los últimos años, un pequeño fósil ha venido a cuestionar esa soberanía. El Nanotyrannus lancensis —literalmente, “pequeño tirano”— ha dividido a la comunidad científica durante décadas. ¿Estamos ante un dinosaurio completamente distinto, un cazador más ágil y veloz que su primo gigante? ¿O se trata, como muchos afirman, de un simple T. rex adolescente, aún en proceso de alcanzar su tamaño colosal?