Estamos en temporada de festivales de cine, y los que cubrimos el medio, podemos ir a algunos, a otros no, y dependemos de la cobertura que se haga para saber lo más importante. ¿Qué detalles debe de cuidar uno para darle seguimiento a estas fiestas cinematográficas ya sea que uno esté dentro o fuera de ellas? De eso y más hablaremos en esta entrega de The Dailies
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¡Bienvenido al mejor programa de análisis sobre lo que pasa en el cine! Y después de que con el programa anterior dimos la fórmula para salvar al cine mexicano, es hora de enfocarnos en temas relacionados con los que hacemos seguimiento a lo que pasa en el medio, así que, si eres periodista, comentarista, festivalista que se tomas sus vacaciones para ir a estos eventos, o simplemente te interesa el cine, pues estás en el lugar correcto.
En México, según datos del Anuario Estadístico, hay 253 festivales de cine. Si bien los más grandes siguen siendo Guadalajara y Morelia, hay de distintos perfiles y todos cubren distintos perfiles, desde los cortometrajes, el cine experimental, el comercial o el manejo de industria. Si nos comparamos con otros países, algo que los dizque expertos de cine aman hacer, por eso de que debemos copiarle la tarea a alguien más, pues deberíamos tener menos como he dicho en varias ocasiones. España tiene poco más de 60 festivales y Francia ha registrado más de 166, dependiendo el momento la fuente. Incluso si eres alguien que por amar el cine quiere cubrir los que están en tu país, necesitarás tiempo, dinero y esfuerzo, pero hay herramientas que te pueden ayudar a identificar los más importantes, especialmente si eres realizador y quieres mandar tu material a competencia.
¿Qué es lo que tengo que hacer para poder asistir y cubrirlo? Ya tengo acreditación, los gastos son pagados por los ingresos de TikTok o me los paga un medio, y se los días que voy a estar. Pues para ti amiguito, vamos con los cinco pasos, porque ya me gustó eso de retomar los Top Cincos.
Conoce tu audiencia.
Como saben los amigos de las áreas de prensa, o incluso los recolectores de basura, todo se debe de separar adecuadamente. Los niveles de acceso no son los mismos para prensa de medio grande, que para los influencers reconocidos, o los medios independientes. Al mismo tiempo, los perfiles que cubren las personas que acudimos a estos eventos son distintos. El tipo de texto que vas a leer por críticos clásicos como García Tsao o nuestro amigo Ernesto Diezmartínez es muy distinto a lo que encontrarás por personajes mediáticos populares como Javier Ibarreche (el cual no va a festivales) o el mismo Kristoff. Estos cuatro casos tienen perfiles muy distintos y si le quieres pasar contenido de uno a la audiencia del otro, los canales se cruzarán y se destruirá el internet.
Si trabajas para un medio, tu editor debe de definir la línea que debes seguir. Usualmente estos medios son más informativos y se enfocan en el evento primero, seguido por las reacciones, y hasta el final vienen las películas. La función de cronista y reseñista es la más importante, y al mismo tiempo, la más desechable. Sirve para sacar las notas del día, y si hay alguna estrellita, pues generarás más clicks. Y tristemente cada vez desaparecen más los medios en forma que hacen cobertura, más allá de los medios locales. Claro, verás notas de canal 44 en Guadalajara porque es de la UDG y tiene conexión con el festival, pero en el resto del país habrá poco eco excepto si van figuras como Gerardo Méndez a presentar una serie y Amazon pagó la nota, o reaparece Denisse Guerrero con Belanova y hay misterio alrededor.
¿Y si eres independiente qué puedes hacer? Si ya publicas en algún lado, incluso tu blog o tus redes, debes de tener identificado por qué lo que publicas resuena con cierto sector. ¿Es porque te gusta buscar películas raras que nadie ve? Enfócate en eso. ¿Eres bueno buscando chismes del espectáculo? Ahí tienes tu ángulo. ¿La gente te escucha porque le encanta que digas que una película es una mafufada aunque no la hayas entendido, o que digas que te mama pero tampoco la hayas entendido? Pues la tienes más fácil, por que es tu personalidad y no tanto lo que digas o hagas lo que atrae audiencias.
Cubre lo que te interesa. pero también lo que trasciende.
Ok, ya sabes a quienes les vas a hablar, y estás listo con tu lista de películas, conferencias y fiestas (aunque algunos solo se preparan para lo último). ¿Cómo definiste esta lista maravillosa? El primer criterio (a menos que ya tengas una línea definida por el medio) es buscar lo que te llama la atención. Esto puede ser porque quieres ver la cinta más reciente de un director que conoces, o porque escuchaste cosas interesantes de cuando la cinta se presentó en otro lugar. En México, festivales como Guadalajara tienen conexión directa con grandes escaparates como la Berlinale y Annecy, y Morelia tiende a traer material selecto de Cannes y Venecia, así que ahí tienes pistas para buscar.
Es importante también identificar cuando el interés es estrictamente personal, o puede trascender a más personas. Claro, yo soy fan de ver cosas como el trabajo de Roy Anderson en cintas suecas como Un palomo se sentó en una rama para reflexionar sobre su existencia, y eso puede llamar la atención a más audiencias cuando lleguen a salas fuera del festival. Esto ha pasado con cintas como Medusa o en esta edición, O último azul, las cuales han sido agradables sorpresas que uno puede encontrar en estos festivales y pueden interesar a más personas.
Por otro lado, aunque tengas el megáfono en la mano, hay que cuidar que no le ganen los prejuicios personales a la información que se va a compartir. Claro, hay ocasiones en que uno lo hace inocentemente, o en donde el mensaje no se debe de lanzar por un medio, como yo quejándome el año pasado en Twitter de que había problemas con mi acreditación de cierto festival de cine, aunque con esto a los pocos minutos recibí una llamada por parte de coordinación de prensa para cuestionarme por qué había publicado eso en redes sociales. Y tenemos casos peculiares en donde personalidades establecidas van a festivales como Cannes y su cobertura trasciende más porque se quejan sobre las mochilas de los kits de prensa que por lo que hablan de las cintas. Y ojo porque esto pasa en varios niveles. Incluso figuras muy respetadas de pronto publican algo que parece la carta de quejas por cosas que no les gustaron a ellos de cómo los trataron como prensa, pero que nada tienen que ver con el festival en su función para promover cine o la experiencia que tienen los espectadores.
Compara notas con compañeros
La opinión más importante que puede haber es la del espectador. En este caso, al cubrir un festival, además de espectador eres vínculo entre la obra y posibles audiencias, las cuales deben de formar su propio criterio, pero para hacerlo, dependen de la información que reciben para decidir si ven o no una cinta, y esta puede afectar su visión de la misma.
Esto es complicado, especialmente si eres cronista que, tras ver una cinta, tiene entrevistas y debe de mandar las notas de volada, pero el compartir opiniones con personas que también experimentaron este primer acercamiento con el cine. Hay veces en donde se puede caer en vicios en donde temáticas no resuenan con uno, pero son importantes en la historia, y al entender ese impacto en otras personas, ayuda a formar una opinión más completa.
Esto es algo que cuando puedo, hago en Churros y Palomitas y ya se volvió tradicional en la cobertura, al punto de que camaradas o me evitan o se acercan después de una función, no vaya a ser que saque cámaras y micrófonos y compartimos opiniones. Revisa la cobertura que tenemos del FICG y verás que es más divertido y enriquecedor cuando el ver y comentar películas se hace con más personas.
Para este festival, al revisar comentarios en redes, pude acercarme y leer perspectivas interesantes de personas que no ubicaba, que van desde Jair Pons y el Paja Navarro, de Guadalajara, pasando por La Estatuilla que hizo también cobertura, o incluso Andy Morales, que llegaba de más al norte. En otros años también pude conocer a gente valiosísima que ya conocieron en las coberturas, y es lo que más he apreciado, incluso más que el cine en estos recorridos.
Al final, puede que la cobertura solo sea esos amigos que hacemos en el camino... a la siguiente función.
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Ten una identidad
En esta ocasión me tocó conocer a un cuate que quería mostrar sus textos a representantes de medios para ver si podría ser publicado en estos. Como soy metiche, me puse a ver su portafolio, pero algo que es más importante para mi, fue hacerle distintas preguntas. “¿A quién lees?”, y me responde con nombres de personajes reconocidos. “¿Y por qué los lees?”. Pausa. Aunque pudo dar una respuesta, no sabía en realidad por qué los había mencionado. “¿En qué medio te gustaría ser publicado?”. Otra pausa más. Lo curioso es que, tras platicar unos minutos, y después de leer todos sus textos, podía identificar en qué medios podría ser más afín debido al tipo de películas que comentaba y al tono que tenían sus palabras.
El tener una identidad es lo más difícil y en este momento es lo más importante. Los estilos los vamos depurando con el paso del tiempo, y se van formando por dos fuentes principales: lo que consumimos y lo que emitimos. Si no sabemos identificar a quienes leemos, vemos o escuchamos, y porqué lo hacemos, es difícil que seamos algo más que una copia barata. ¿Sabes también que es una copia barata? El contenido sintético. Y actualmente en casi todos los medios, con la crisis de audiencia y la baja en publicidad, secciones de redacción o de producción que antes contaban con varias personas, se han reducido a tener un editor que genera textos con algún modelo de lenguaje, si puede le da una revisión, y se pone a publicarlo.
¿Lo que haces es mejor que lo que te puede generar esa poderosa inteligencia artificial alimentada con el conocimiento de siglos que ha absorbido gracias al poder del internet y que puede resumir información equivocada pero que aparenta ser pertinente en el momento? Si no es así, hay que revisar qué es lo que te hace único, pero ojo porque eso de ser único, no significa que seas útil o relevante.
Con el paso del tiempo uno va notando ciertas escuelas. Tenemos a la crítica clásica, más apegada al estilo periodístico, y usualmente es más académica. Después surgieron escuelas de irreverencia, que curiosamente es como empezó Churros y Palomitas cuando éramos publicados en periódicos, y que llegó a los puntos máximos con influencers salidos de programas de variedades, o metidos a coberturas de alfombras rojas porque son diferentes. Actualmente, mientras que el Film Twitter se volvió detestable y lleno de pretensiones, hay varios creadores digitales más propositivos que crean sus propios medios y compiten con los ya establecidos. El ignorarlos es un error. El no evolucionar al entender que el medio sigue cambiando es otro. El no prepararnos ni cuidar la calidad de lo que ofrecemos es lo peor, en tiempos en donde las audiencias no cuestionan lo que consumen, y todo se ha vuelto una masa genérica y artificial. La identidad es lo más importante, y lo más difícil de robar.
Revisa tu contenido antes de publicarlo.
Parece que no debería poner este punto, pero los que somos o hemos sido editores, sabemos la importancia de revisar algo antes de que salga a la luz. Y no, pasarle el texto a ChatGPT para que lo revise no cuenta, ya que seguramente le va a meter más errores.
No tienes idea de la cantidad de podcasts o videos malhechos que hay en internet, incluso hechos por personas que llevan décadas trabajando profesionalmente, pero al momento que le quitan al equipo de producción y todo lo tienen que hacer ellos, pierden el encanto. Si vas a tomar fotos, que estas muestren lo que es relevante. Si vas a grabar video, no pongas encuadres que parecen más postales para presumir que fuiste a otro país, y que no ilustran ni aportan a lo que estás comentando. Si vas a grabar audio, revisa que se escuche y se escuche bien. Claro, en ocasiones puede haber limitaciones técnicas, pero eso no implica que se deba ver o escuchar mal lo que compartes. Y mira que yo he compartido sesiones relevantes que van desde preguntas y respuestas con Arthur Penn, hasta la polémica charla sobre piratería.
Uno como autor puede pensar que lo que hace es perfecto y no necesita revisión, solo para encontrarte después que al ser publicado tiene errores de formato o peor aún, de información. Piensa como consumidor y dime qué pasa si te encuentras con alguien que no sabe hablarle al micrófono o escribe mal. Considerando la oferta y diversidad de contenido que tenemos, es más fácil que se vaya a revisar lo publicado por alguien más, todo por que el autor no se tomó el tiempo para salir de su burbuja y hacer ajustes. Y sí, esto a veces implica el matar notas porque no aportan, o la calidad no se puede rescatar.
Esta entrega fue traída gracias a:
Productora Ejecutiva: Blanca López
Co-Productor: Dany Saadia
Co-Productor: Logan Mayer
Co-Productor: Román Rangel
Agradecimiento especial a nuestros Patreons: Adriana Fernández, Agustín Galván, Cris Mendoza, Jaime Rosales, Juan Espíritu, Luiso Uribe, Zert, Álvaro Vázquez, Arturo Manrique, Fabiola Sándoval, Lau Berdejo, Marce, Alejandro Alemán, Arturo Aguilar, Enrique Vázquez, Ernesto Diezmartínez, Jorge I. Figueroa, Mariana Padilla, Tania RG y Fernando Alonso.
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