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¿Quién no ha mirado al cielo buscando una señal? En la bóveda celeste encontramos siempre un destello de Verdad, como un oasis que refugia el alma cansada cuando ya la sed es apremiante.
El cielo nos acompaña, nos mira y nos ampara. Bajo él las criaturas celestes encuentran su hogar acrisolado. Y los hombres encuentran, como una parábola abierta al infinito, la trascendencia que buscan. Nos gusta el cielo porque es un trasunto de lo divino.
Los pintores, los fotógrafos, los poetas , etc han intentado describir su Belleza. Lo sé porque escribo este podcast inspirada por un fotógrafo que busca la luz del cielo a cada instante y en cada fotografía que toma, con la minuciosidad de un meticuloso investigador en un laboratorio, muestra un fragmento de su magnificencia única. El cielo es no solo inspiración de artistas sino referente físico, filosófico e incluso sentimental de todos aquellos que levantamos la mirada.
No nos hemos dado cuenta pero este cielo que hoy miramos es el mismo que se inició con la Creación. Bajo su atenta mirada el mundo gira, lucha, ama llora y ríe.
Más contaminado que nunca sigue cobijando la luz del Sol, sigue siendo el signo perenne de que algo más grande que nosotros nos cuida.
Deberíamos darnos cuenta de que, como el Cielo, todo lo que proviene de algo anterior a nosotros debe ser tratado como sagrado.
Hagamos que el aire que respiramos, el cielo que nos cobija, el sielo que nos sostiene, el agua que nos nutre sean tan limpios como merecen. Hagamos gala de algo así como un apanteísmo ecológico ahora que ya no hay dioses ni Dios es tomado en serio, al menos, hagamos de su reflejo en la naturaleza algo más que respetable.
Porque el cielo no puede esperar.
¿Quién no ha mirado al cielo buscando una señal? En la bóveda celeste encontramos siempre un destello de Verdad, como un oasis que refugia el alma cansada cuando ya la sed es apremiante.
El cielo nos acompaña, nos mira y nos ampara. Bajo él las criaturas celestes encuentran su hogar acrisolado. Y los hombres encuentran, como una parábola abierta al infinito, la trascendencia que buscan. Nos gusta el cielo porque es un trasunto de lo divino.
Los pintores, los fotógrafos, los poetas , etc han intentado describir su Belleza. Lo sé porque escribo este podcast inspirada por un fotógrafo que busca la luz del cielo a cada instante y en cada fotografía que toma, con la minuciosidad de un meticuloso investigador en un laboratorio, muestra un fragmento de su magnificencia única. El cielo es no solo inspiración de artistas sino referente físico, filosófico e incluso sentimental de todos aquellos que levantamos la mirada.
No nos hemos dado cuenta pero este cielo que hoy miramos es el mismo que se inició con la Creación. Bajo su atenta mirada el mundo gira, lucha, ama llora y ríe.
Más contaminado que nunca sigue cobijando la luz del Sol, sigue siendo el signo perenne de que algo más grande que nosotros nos cuida.
Deberíamos darnos cuenta de que, como el Cielo, todo lo que proviene de algo anterior a nosotros debe ser tratado como sagrado.
Hagamos que el aire que respiramos, el cielo que nos cobija, el sielo que nos sostiene, el agua que nos nutre sean tan limpios como merecen. Hagamos gala de algo así como un apanteísmo ecológico ahora que ya no hay dioses ni Dios es tomado en serio, al menos, hagamos de su reflejo en la naturaleza algo más que respetable.
Porque el cielo no puede esperar.