Cimafunk
se convirtió en la joven promesa de la música cubana al publicar su debut ‘Terapia’
(2017). Desde entonces su propuesta ha crecido poquito a
poco, guisándose con paciencia y mucha sazón, como los buenos caldos. Durante la
cuarentena se arrancó con un EP que dejó a sus fans con ganas de más.
Gracias a este nuevo disco deja atrás la etiqueta “revelación” y pasa a
engrosar la
privilegiada lista de artistas consagrados que han salido de la isla del Caribe
en los últimos años.
Su
propuesta es ajena a las modas: fusiona la herencia del funk desde una
perspectiva contemporánea impregnada del inconfundible sabor de Cuba.
El bullicio de La Habana y la jerga local se mezclan con un tremendo sentido
rítmico y toneladas de vacile y espíritu rumbero. Frente a la compleja actualidad
política y social de su país, Erick
Iglesias responde con inapelables descargas para bailar y gozar. Su
música no es política, sino más bien hedonista y liberadora.
No
esconde sus referentes, más bien se enorgullece de ellos. En ‘Funk Aspirin’
aparece George Clinton, a sus 80 años, icono inmortal por su trabajo en las
bandas seminales de p-funk Funkadelic y Parliament. También abraza la
cultura afro cuya huella se extiende por toda América, desde la leyenda cubana
Chucho Valdés hasta el jamaicano Stylo G, los colombianos ChocQuibTown o los
estadounidenses Lupe Fiasco y CeeLo Green.
Ahí
sí hay un mensaje potente que va implícito desde su propio nombre (los
cimarrones eran los esclavos negros que se rebelaron para ser libres): la
reivindicación de la cultura afro. Esa apertura de miras y la búsqueda de
una identidad propia quedan reflejadas en la riquísima marea de géneros
musicales que el artista navega: hay mucho funk pero también hip hop,
dancehall, afrobeat, soul… y hasta jazz y mambo.
Una
prodigiosa trituradora de ritmos ideal para el directo;
según vayan abriendo las salas de conciertos en todo el planeta Cimafunk
va a convertirse en un referente de su época.
Sus próximos conciertos serán en noviembre; 11 Barcelona, 12 Las Palmas y 14 Madrid.
José Fajardo.