La única libertad que aún nos queda en este mundo es la libertad de elegir, y la elección es siempre entre dos alternativas o dos voces.
La Voluntad no está involucrada en la percepción a ningún nivel, y no tiene nada que ver con el proceso de elegir.
La conciencia tiene niveles y puede cambiar drásticamente de uno a otro, pero no puede trascender el dominio de lo perceptual.
En su nivel más elevado, se vuelve consciente del mundo real, y puede ser entrenada otra hacer eso cada vez con mayor frecuencia.
Sin embargo, el hecho mismo de que tenga niveles y de que pueda ser entrenada demuestra que no puede alcanzar el conocimiento.