Esta semana os traemos un nuevo programa, pero en esta ocasión a una sola voz, como ya dijimos que haríamos. Y es que el compañero Arnau Lario inaugura una saga en la que nos hablará sobre los emperadores romanos a los que la historiografía clásica tachó de malos. Como todos sabéis, esas fuentes son las que, por fortuna o desgracia, había en aquel momento, y obviamente la visión que daban sobre los que los gobernaban iba en función de lo que hacían por ellos y por sus intereses.
La historiografía moderna tampoco ha buscado teorías nuevas que contradigan lo que ya estaba escrito, por lo que podríamos decir que su visión no ha diferido apenas de la que los grandes autores latinos como Suetonio, Plinio o Tácito pusieron por escrito en su día.
Es por ello que Arnau ha decidido llevar a cabo una serie de programas en los que abordará la vida de estos personajes desde otra perspectiva. Una en la que también tratará de destacar los aspectos positivos que estos hombres hicieron desde su posición preponderante.
Hoy nos trae al primero de ellos, respondiendo ciertamente a un orden cronológico. Uno de los emperadores más castigados por las fuentes clásicas: Calígula.
En este repaso podréis conocer detalles que tal vez desconocíais sobre su persona, que esperamos que os ayuden a comprender mejor sus acciones y a por lo menos cuestionar todo o parte de lo que sabemos hoy en día sobre él.