Hay pocas cosas que nos hayan hecho más ilusión en lo que va de temporada que volver al plató. Dejar por un día de asomarnos a nuestras ventanas de Zoom para vernos las caras más de cerca, bueno los ojos, pasar unas horas en nuestro hábitat natural y salir casi casi sin tiempo de llegar a casa, antes del toque de queda. Algo ha cambiado, sí, pero no todo.