¡Maríaaaa! ¡Ya llegó Don Pablitooo!-
A lo lejos se divisaba una polvareda, misma que siempre traía buenas o malas noticias. Entre los montones de polvo apareció, triunfante, el camioncito amarillo, cargado de pasajeros, maletas y el tan esperado costal de color blanco, que en esta ocasión se miraba flaco, sin mucho contenido.