La soberbia tiene la capacidad de apartarnos de Dios. El profeta Ezequiel nos dice que, en los días de Sodoma y Gomorra, el pecado que inició por medio de la soberbia. En este episodio recordamos como la soberbia nos lleva al autoengaño, nos endurece el corazón, nos vuelve contenciosos y nos lleva a la destrucción.