La ciudad de Lima sufrió varios terremotos en época virreinal que afectaron a su casa de moneda, fundada inicialmente en 1568. El primero de ellos ocurrió en 1584 y dejó las Casas Reales, parcialmente derruidas; el segundo, el terremoto de julio de 1586, que fue sucedido por un maremoto, supuso la práctica destrucción de Lima y Callao. Hay autores que apuntan a que este desastre, sumado a la baja rentabilidad de la ceca limeña, los fraudes en la ley de la plata y a los altos costos de transportar el metal desde los centros mineros, supuso el cierre definitivo de la ceca.