Pedro Sánchez disfrutó esta Navidad de unas vacaciones fantásticas en la nieve. Un retiro de invierno a un pequeño pueblo del Pirineo aragonés, Cerler. Allí trató de pasar desapercibido para la gente del pueblo, hasta ser casi invisible.

Al presidente siempre le acompañaba un dispositivo de seguridad aparatoso que se hacía notar en esta pequeña localidad. Los guardaespaldas que le acompañaban garantizaban la seguridad del presidente y, también, que estuviese alejado de los focos de la prensa y de los periodistas.

Un objetivo que consiguieron con creces, ya que a los reporteros de este periódico les fue imposible captar una imagen del presidente gracias a las triquiñuelas de sus guardaespaldas. 

Los periodistas de este periódico narran cómo fueron esos días en Cerler para tratar de conseguir una foto de Pedro Sánchez esquiando. 

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