La salud física y, especialmente, mental en el mundo académico es una cuestión que hasta hace muy poco ha sido, y aun continua siendo, invisibilizada. Y, sin embargo, tienen una estrecha relación. Los estudios apuntan a una mayor vulnerabilidad y probabilidad de deterioro de la salud mental por parte de los doctorandos respecto a la población en general - de hecho, seis veces más.