La importancia de justificar

Bienvenido estimado oyente, a este podcast de aprendizaje, te invito a estar cómodo, acompañar esta experiencia con una taza de café o bebida de tu preferencia, y tener toda la disposición para naufragar en un nuevo aprendizaje el día de hoy.

En esta ocasión hablaremos acerca el caso de Mariana, quien un día notó que en repetidas ocasiones muchas personas le comentaban que para todo ella tenía una justificación, efectivamente Mariana empezó a revisar sus chats en WhatsApp y notó que en el historial constantemente le hacían referencia a que no necesitaba justificarse por todo, tanto las hermanas, como amigos, compañeros de trabajo, los jefes, razón por la cual se empezó a autoevaluar al respecto, si bien es cierto que las acciones de los seres humanos siempre requieren de una justificación para su validez o aprobación, no siempre se debe recurrir a una justificación por todo lo que hacemos, mucho menos cuando es para excusarnos.

Somos expertos en la búsqueda de razones que justifiquen todas nuestras acciones, decisiones o incluso sentimientos, más aún cuando hay alguna diferencia con nuestra cultura o creencia, esto se debe a la teoría fundada por el psicólogo Leon Festinger acerca la disonancia cognitiva, esta disonancia aparece cuando no hay coherencia entre lo que hacemos y pensamos.

Tratamos de convencernos a nosotros mismos y a la sociedad de que nuestras acciones están bien, independientemente cuál sea el caso, siempre buscamos proyectar una imagen positiva y coherente. Cada vez que nos llega el momento de tomar una decisión que nos genera esfuerzo, tiempo y dinero; sentimos una cierta tensión, por ejemplo: realizar la tesis, estudiar inglés, comprar una vivienda; para liberar la tensión de la no realización de dicha actividad nos justificamos internamente o excusamos, con otras decisiones para apaciguar el sentimiento de culpa, ya que nuestro cerebro está codificado para sentir que se “gana” con cada decisión.

De este modo, nuestra mente se convierte en un apaciguador ante una tensión incómoda entre lo que queremos y lo que creemos que deberíamos hacer, y de esta forma se derivan miles de argumentos para sentir que hemos escogido la mejor decisión. Esto es muy positivo para no sufrir demasiado, siempre y cuando no se excedan en justificarse por todo o excusarse innecesariamente, ya que como seres humanos somos expertos en el arte de engañar. Es importante como humanos aprender a ser muy honestos con nosotros mismos y valorar objetivamente hasta qué punto son argumentos justificados o ya pasan a convertirse en excusas. Solo teniendo esta capacidad de autocrítica, seremos capaces de salir de una de las peores trampas a las que nos enfrentamos: nuestra propia mente. Retomando al caso de Mariana, el primer paso para autoevaluarse es reconocer la falla y saber cuándo necesitamos justificar una decisión y cuando no.

Aterrizando esta reflexión a la temática de la semana, pasa algo muy similar en nuestra tesis; la justificación de la tesis, tiene la función de convencer al asesor, al jurado, al inversionista, al lector, de la importancia de la decisión de abordar la investigación en “X” temática, justificando entonces el impacto que obtendremos con los resultados, su aporte a la sociedad o campo de estudio, y los efectos de la investigación.

Es en este apartado donde se debe “vender” una idea y ser lo más persuasivo posible, ¡ojo! sin excedernos ni justificar innecesariamente o incoherentemente; cuando una tesis de verdad es aportante no necesita sobre justificación, se debe estar muy seguro de su aporte y su relevancia, de lo contrario es importante asesorarnos con un experto de investigación para poder abordar una temática importante para el campo de estudio.

En este módulo aprenderemos cómo se estructura correctamente la justificación de la investigación, qué interrogantes responde y cuáles son los tipos de justificación que existen.

Nos vemos en otro podcast, ponte cómodo y continúa aprendiendo.