Javier Sierra fue abordado por un desconocido en 1990, cuando aún era un estudiante, en las salas del Museo del Prado. El extraño se le acercó y le sugirió observar el cuadro fijándose en lo que los personajes miran. Esta enseñanza de una persona que jamás volvería a ver se ha convertido en la inspiración de este libro.
RNE entrevista al autor.
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