Daniel tenía por costumbre comer la comida muy muy caliente, le daba mucha satisfacción comer de esa manera pero pretendía que nosotras también comiéramos así y lo disfrutáramos, era un suplicio comer a su lado por esa y muchas otras razones, pero un día descubrí que el amor a lo caliente en extremo superaría mi imaginación, descubrí que vivía con un aliado del mismo Lucifer.