Negar que podemos realizar aquello para lo que Dios nos escogió es un pecado de arrogancia. Es creer que sabemos más que Dios. Muchos sirven a Dios, pero a la hora de las oportunidades parece que solo desean servirlo de consejeros. El consejo que dan es: No, no lo hagas. Crees en Dios o le crees a Él?