Una parte importante del malestar que sentimos en los primeros años de crianza estriba en el hecho de que lo que estamos viviendo no se parece demasiado a aquello que socialmente se nos vendió.
Nuestro bebé, incluso cuando va cumpliendo años, necesita intensamente presencia y demanda, mucha más de la que hubiéramos imaginado aunque nos lo hubieran explicado. El tiempo toma otra forma, nuestras relaciones de pareja también, tenemos que ir, poco a poco, conociendo a ese ser que ha venido a parar a nuestros brazos.
Se nos repite que nuestrxs peques deberían ser más autónoms, más obedientes, más tal y cual... tardamos un tiempo en hacer nuestra propia criba y comprender cómo queremos criar, qué necesitan nuestrxs hijxs, etc.
Además, hemos crecido respondiendo o no (en ambos casos, hay consecuencias emocionales) a las expectativas que se pusieron sobre nosotras desde que nacimos y es importante poner consciencia en minimizar todo lo posible las expectativas sobre nuestras criaturas.
Déjame un comentario, un like en ivoox o una review en ITunes para poder llegar a más gente.
Y, sobre todo, ayúdame a seguir creando contenido para ti compartiendo este episodio en tus redes, en tus stories, por Whatsapp. etc. ¡Gracias por sumarte a la crianza que transforma!
Y ya sabes que me encuentras en mis redes como @cristinaolivacrianza y en mi blog www.cristinaolivacrianza.com
Pásate a leer mis contenidos y escríbeme si necesitas apoyo o información sobre cómo trabajar conmigo.