En el presente marco del resurgimiento de los neofascismos y con un Mundial que se está por celebrar en una teocracia islámica misógina y homófoba, es oportuno ver la película de 2018 en la que los hermanos Dardenne abordaron con valentía el fundamentalismo juvenil musulmán, estableciendo un logrado cruce entre la psicología del solitario personaje protagónico, el contexto en el que se mueve y cierta preceptiva del Islam, sin que ésta quede relativizada o desdibujada. Las mujeres actúan como perturbadoras, oponentes y desafiantes de la misoginia religiosa y machista del Islam encarnada en el impenetrable, resuelto, fanático y tenaz adolescente Ahmed, un joven radical no encuadrado para quien la violencia termina resultando tan natural como inevitable.