Aunque estemos rodeados de prosperidad material, y parezca ser que pecar contra Dios no es la gran cosa, el vacío que deja Dios cuando se aparta, o nos apartamos de Él, no lo puede llenar nada ni nadie.
Aunque estemos rodeados de prosperidad material, y parezca ser que pecar contra Dios no es la gran cosa, el vacío que deja Dios cuando se aparta, o nos apartamos de Él, no lo puede llenar nada ni nadie.