Charlotte Perkins Gilman fue un autora feminista, sufragista, activista social... castigada psiquiatrizándola por sus aficiones de escritora, y que no dejó de denunciar cuanto le habían hecho, previniendo a otras mujeres. Su obra más característica en este tema es "El papel amarillo", en la que de manera autobiográfica cuenta cómo la sacrosanta Ciencia Médica problematizó sus sentires tras el parto, como siempre sin aludir a nada estructural sino presentándolo como algo que les pasa a algunas madres especialmente débiles (discurso que por supuesto no comparto y de hecho cada vez menos gente defendería ya públicamente con la apariencia de incuestionabilidad de entonces).
En esta ocasión para empezar a conocerla hemos elegido el relato "Cuando era una bruja" dentro de la antología "Si yo fuera un hombre". Es una historia en la que cuestiona autoridades, violencias de un solo camino, siempre de ida, nunca de vuelta; y habla de los necesarios despertares de las conciencias para alcanzar un mundo nuevo en el que lo que realmente creyésemos no fuera ir en contra del de al lado sino construir juntos un lugar mejor.
También retrata una sociedad tan polarizada por razón de género: cómo los hombres tienen su espacios para hablar y compartir y diseñar el mañana que quieren; y cómo las mujeres deben encontrar esos espacios, puesto que a ellas no les vienen dadas.
Es curioso cómo los loros que aparecen en la historia reproducen también los discursos gordofóbico, machistas y dañinos que habían oído a su vez en sus familias de origen.
Y alguna cita para guardar: "estar con gente que disfrute de tu compañía debe de ser mucho más agradable que estar en una batalla constante con los que te rodean, animales o personas".
(Ojalá lo disfrutéis si lo escucháis)