Es fácil desanimarse cuando las cosas no salen como las esperamos. Tampoco es fácil mantener el ánimo, si quienes te rodean intentan desanimarte y empujarte hacia abajo. O cuando los momentos difíciles parecen no terminar. Caleb es un ejemplo de constancia, a pesar de todas las situaciones que tuvo que vivir producto de la falta de fe de sus compatriotas, de la incredulidad de ellos. Pudo haberse deprimido, o darse por vencido, pero él mantuvo su mente puesta en Dios. Se nos dice que había un espíritu diferente en Él, su fe se destacó, no prestó atención a la incredulidad del resto.
¿Cuál es la clave para no desanimarse cuando las cosas no marchan bien? ¿Cómo mantener la fe en Dios cuando las pruebas y el sufrimiento perduran? La vida de Caleb nos da las claves.