Aunque Jonás huyó, Dios no lo dejó marcharse, y permitió que una tormenta golpeara el barco donde este iba. Si no conociéramos la historia, pensaríamos que sería el final de Jonás como consecuencia de desafiar a Dios. Hasta los marineros paganos creyeron que la tormenta tenía un origen divino, quizás nunca había vivido algo así. En realidad esta tormenta no tenía nada que ver con ellos, sino con Jonás. En ese sentido, eran inocentes pero igual fueron afectados por la desobediencia del profeta.
Son todos los problemas resultado del pecado? La Biblia no afirma esto, pero si vemos que todo pecado nos llevará a una situación difícil. Hay consecuencias cuando quebrantamos las leyes de Dios.
Aunque sea difícil de creer, Dios no ha enviado esta tormenta para castigar a Jonás ni a los marineros. A través de ella, Jonás comprenderá la Gracia de Dios de una manera nueva y provocará que los marineros paganos tengan una fe genuina en el Dios verdadero.
Es difícil de creer que de una tormenta Dios pueda hacer algo bueno, pero Él lo hace. Las tormentas puede desarrollar en nosotros fe, esperanza, amor, paciencia, humildad y dominio propio de una manera que nada lo haría. Aunque es difícil de creer, Dios puede obrar a través de las tormentas para nuestro bien.