"La filosofía aparece como una forma radical de nacimiento, cómo un desgarramiento de la placenta originaria que es la sociedad tradicional, para vivir a la intemperie y desde uno mismo. (...) Esto sucedió en Mileto, en el Asia menor, a principios del siglo VI a.C; pero sería un error creer que simplemente 'sucedió': sigue sucediendo siempre que alguien nace a la filosofía, siempre que la filosofía vuelve a existir. Y lo más grave es que la filosofía consiste en que ese doloroso nacimiento no ocurre sólo al principio: tiene que estarse renovando instante tras instante, y eso es lo que quiere decir 'dar razón'. Filosofar es estar renaciendo a la verdad; filosofar es no poder dormir".