La sorpresiva imposición de encajes más elevados y rígidos dispuesta ayer por el Banco Central (BCRA), que entrará en vigencia el lunes, para tratar de neutralizar los $5,8 billones que el Gobierno deberá inyectar al mercado tras no lograr refinanciar la totalidad de la deuda que le vence, provocó un verdadero cimbronazo en los bancos más importantes del sistema financiero local.
“¿Nos vienen pidiendo hace meses que trabajemos de bancos y, cuando nos lanzamos a hacerlo, restringen cada vez más la liquidez y nos conminan a que les compremos títulos públicos? ¿Me lo explicás, si podés? Lo único que puedo decir es que lo que hicieron es salvaje y que te olvides por unos meses de tener acceso a créditos”, dijo a LA NACION un tradicional banquero de una entidad privada líder, dejando en evidencia el clima de fuerte malestar que incluso los propios funcionarios del BCRA, que debieron abrir ayer por la tarde un Zoom para explicar las medidas a casi dos centenares de ejecutivos del sector, pudieron comprobar en carne propia.
Lo que sucedió es que el BCRA, por cuarta vez en un mes y segunda de “urgencia”, decidió volver a subir los encajes (la porción del dinero captado de terceros que los bancos deben mantener inmovilizado, por razones prudenciales), poniendo en marcha a la vez un esquema más rígido de integración y elevando los costos por los “incumplimientos”, en un movimiento que representa un nuevo endurecimiento de la política monetaria, con el fin de asegurar que el dólar sólo flote para abajo.
Luego de la licitación del miércoles, en el que el Tesoro logró cubrir solo el 60% de los vencimientos que rondaban los $15 billones, el BCRA anunció un cambio significativo en el régimen de encajes bancarios.
Lo hizo en cinco puntos porcentuales para depósitos a la vista, fondos comunes de inversión money market y otros instrumentos de inversión en pesos, de los cuales tres podrán integrarse con títulos públicos que se emitirán en “licitaciones especiales para las entidades financieras”, como la ya convocada para el lunes para “ofrecerles” un título a tasa variable con vencimiento el 28 de noviembre (luego de las elecciones). Adicionalmente, estableció un parámetro diario (ya no el promedio mensual) para que los bancos cumplan con esta exigencia.
La reacción de los bancos fue inmediata, lo que derivó en la mencionada reunión online encabezada por el gerente principal de Emisión y Aplicaciones Normativas del BCRA, Darío Stefanelli, para explicar el alcance y la implementación de las nuevas medidas.
En ese ámbito, y tras varias preguntas que quedaron sin respuesta —según coincidieron varios asistentes consultados—, brotaron los reclamos que podrían ser elevados por nota en los próximos días o transmitidos en reuniones con las autoridades, según evalúan en los bancos.
La principal queja está vinculada al cambio en la integración, que pasa a ser diaria en lugar de un promedio mensual. Esto, explican, implica una suba de encajes encubierta y consideran, además, que hará imposible optimizar saldos de liquidez.
A este ritmo de suba efectivo mínimo o encajes bancarios.
“Lo que no quieren ver es que, mientras la ventanilla de liquidez que van a reabrir funciona solo de 17:00 a 17:30 horas, nosotros tenemos abierta la posibilidad de que nuestros clientes hagan transferencias incluso importantes hasta altas horas de la noche. Es decir, quedamos expuestos a un alto riesgo de quedar descalzados. Encima, si eso sucede un solo día, ya pasás a tener incumplido todo el mes y te aplican una fuerte multa. No solo eso: si se repite durante tres períodos, tiene consecuencias mucho más graves”, explican.
Por eso, pidieron extender el horario de posible acceso a los pases activos (contra entrega de papeles de deuda a más de 60 días, como ya se había anunciado) y aumentar el tope del 5% de la RPC, lo que circunscribe el potencial de esa asistencia a solo $1 billón, aproximadamente.
Los funcionarios del BCRA dijeron que, teniendo en cuenta eso, es que —tras haber reducido la posible integración con títulos públicos hace solo una semana— esta vez volvieron a aumentar en tres puntos la porción que se puede integrar con los “títulos especiales” que Finanzas les ofrece comprar el lunes.
Como se observa, eso contradice manifiestamente el pedido de que “trabajen de bancos”, advirtieron en ese marco.
La rigidez del nuevo esquema, advierten en los bancos, los obligará a trabajar con un colchón de liquidez adicional para prevenir los incumplimientos. De allí que hablan de una suba de encajes aún mayor a la que el BCRA declara.
Es algo que incluso reconoció el propio titular del BCRA, Santiago Bausili, anoche al participar nuevamente del programa “Las Tres Anclas”, que se emite por el canal de streaming oficialista Carajo y que conducen miembros del equipo económico junto con influencers libertarios. Allí, donde ya es parte del elenco, incluso festejó frases cuestionables y despectivas hacia terceros (que caracterizan a esta propuesta) de los militantes que integran el envío.
Al explicar junto al ministro Luis Caputo que no van a dejar que ningún peso vaya al mercado en esta etapa preelectoral, Bausili destacó que la obligación de integración pasa a ser diaria (y que los costos por incumplirla son muy elevados) con ese único objetivo. Minimiza así el impacto que puede tener en las tasas y el nivel de actividad, aunque eso contradice los mandatos de la Carta Orgánica de la entidad que preside.
“Lo que va a pasar es que se va a paralizar el crédito, que ya venía perdiendo impulso por la suba de tasas y el alza de la morosidad. Y eso va a afectar el nivel de actividad: recordá que la intermediación financiera fue uno de los principales componentes de la recuperación”, explicó otro referente del sector.
Los propios números oficiales ya lo dejan en evidencia. Según datos del BCRA al último lunes, los préstamos en pesos y en dólares al sector privado ya caen 1,2% en el mes. Y el stock de adelantos por cuenta corriente en pesos, que estaba en $9 billones hace un mes, ya cayó a $8,4 billones, en un contexto en que el costo de acceso a ese financiamiento saltó del 34,67% al 80,87% nominal anual.
Ante la consulta de LA NACION, desde el BCRA se mostraron comprensivos con las críticas: “Es entendible que los bancos están en una posición más difícil que antes de las medidas. Pero les explicamos que estamos intentando administrar un desequilibrio”, dijeron.
“Las medidas tomadas responden a evidencias de un desequilibrio en el mercado de dinero que se percibe como temporario. De allí que, por ejemplo, la última medida de aumento de encajes integrales con títulos públicos incluye una fecha de vencimiento el 28 de noviembre”, agregaron.