La respuesta de fe comprometida de Abraham, en su momento histórico de revelación, nos desafía a dar una respuesta de fe a tas promesas realizadas en Jesús, quien murió y resucitó para asegurar nuestra justificación y salvación. El evangelio nos llama a examinarnos para ver en qué base está cimentada nuestra vida, si en Jesús como principio y fin de nuestra fe, o en cosas pasajeras y efímeras que nos esclavizan y nos impiden alcanzar la plenitud. ¡Señor, líbranos de toda esclavitud en nuestra vida!