En lo alto del valle del Merrimack se alza un reloj que es segundo reloj de cuatro caras más grande del mundo.Está en Lawrence, Massachusetts, y forma parte del icónico Ayer Mill, una fábrica que no solo tejía telas, sino también historia.En este episodio, exploramos el sorprendente origen del reloj Ayer-Miller, su imponente maquinaria, y cómo se convirtió en símbolo de orgullo industrial y cultural.