Los planes de Dios son perfectos, aunque la estrechez de nuestra mente nos impida entenderlo. Sus manos han bordado magnificas obras de arte y sus pies han estampado huellas imborrables. Comprender sus tiempos y sus detalles, lo profundo de su perfección y lo maravilloso de su creación es una meta inalcanzable. Sus pensamientos siempre son más altos que los nuestros.