A medio camino entre la atmósfera de un fumadero
de opio y la de una bacanal de sexo tántrico lento, muy lento; se desplaza a
una curiosamente veloz lentitud tan sexual como psicodélica el repertorio del
“Tamale” de Daniela Andrade. Y es que lo nuevo de la mexicana juega con las
cavilaciones del r&b contemporáneo, coqueteando con texturas que van desde
el trip-hop o la indietrónica a la canción de estándar melódica, el jazz, la
spoken word de vocación rapera o el susurro en medio del acto sexual.
Hay algo muy íntimo que
es, a la vez, muy universalmente doméstico, en la propuesta de esta
hondureño-canadiense. Del mismo modo que canciones como “$$$” pueden recordar a
una jam de sensual hilo musical jazz-soul; se acerca al registro de
contemporáneos como Daniel Caesar o Frank Ocean en canciones que adivinan cómo
será el nuevo blues como “Lost in Translation”; o decide jugar tanto con los
idiomas como con los sonidos más íntimos en “Gallo Pinto”, coquetea con el
r&b de Aaliyah en “Ayayai” y hasta acaba definiendo su registro en
canciones como “Wet Dreams”. Poco más de veinte minutos de excitante r&b
tántrico.
Alan Queipo