Hoy podemos asomarnos a los recovecos más íntimos de un

artista con un solo clic. Plataformas como Spotify acogen listas interminables

de las obras que les inspiran. En el caso de Daniela Lalita ofrecen

puertas para adentrarse en un universo repleto de códigos e

infinitas capas de significado. Nombres pop como Madonna y Rosalía conviven

con iconos de la canción latinoamericana (Susana Baca, Mercedes Sosa, Willie

Colón), compositores de clásica (Stravinski) o artistas experimentales (John

Cage, Björk). Su música indescriptible es la colisión de todas esas influencias

sin aparente sentido.

 

Para comprender de donde viene una música tan especial y

arriesgada, cercana a propuestas desde el arte sonoro como las de Lucrecia

Dalt, hay que escarbar en su biografía. ‘Trececerotres’ hace referencia

al número del apartamento en Lima donde creció junto a su abuela y su madre,

quienes a su vez crecieron en la exuberante vegetación de las selvas de Perú.

Hay un sentido colectivo, casi de ceremonia mística, en estas canciones

cargadas de aura espiritual y un latir de otro universo. 

Estudiosa de la música desde la tecnología, inspirada por

los cánticos de otras culturas y los ritos sagrados, Daniela Lalita se ha

convertido con su primer EP en una de las artistas más originales del arte

contemporáneo. Su propuesta conjuga lo visual y lo sonoro en un artefacto

con alma pop como la de ‘Tenía razón’, que produce Sega Bodega. Música con

alma y mucho talento.

José Fajardo.