Qué difícil es darte cuenta que la persona que amas es tu propio enemigo.

Esta no es una historia sobre cómo le rompieron el corazón a alguien, esta historia va más allá de lo que alguna vez hayas podido escuchar.

Ojalá que no tuviéramos que ser juzgados por lo que sentimos y a quien amamos. Nadie elige sentirse atraído por algún sexo en particular y cualquier cosa que atente en contra de lo que sentimos, solo hará mas difícil el camino y traerá mucho dolor.

¿Quién nos enseñó a amar? Tal vez  muchos de nosotros en algún momento  hemos romantizado las historias del corazón y creemos que entre mas de la chingada nos va en una relación, mas amor hay…

En el amor a veces las cosas pueden salir mal pero nunca imaginas que en un abrir y cerrar de ojos todo puede resultar de la chingada. 

¿Te acuerdas cómo fue el momento en que hablaron contigo para terminarte? ¿Qué razones te dieron? Cualquiera que haya sido, creo que nunca estamos listos para que nos manden a la chingada. 

Hay veces que nos enamoramos a lo pendejo y sólo nos bastan migajas de atención, de cariño, de tiempo, de amor. Dicen que tenemos el amor que creemos merecer; ¿estás con la persona que te merece?

Dicen que debes tener cuidado con lo que deseas porque se puede convertir en realidad… para bien o PARA MAL.

¿Saben por qué en ocasiones nos cuesta tanto resolver las cosas que nos pasan? Porque tenemos que tomar una decisión y esa decisión implica dejar algo y somos tan egoístas que NO QUEREMOS PERDER NADA pero justo y AUN CUANDO NO DECIDIMOS YA ESTAMOS DECIDIENDO, PARECE UN TRABALENGUAS PERO NO LO ES.

En una ruptura, se pueden decir tantas cosas;  que si fallaste tu o yo, que si me hiciste o te hice, que si te amé más, que me amaste menos, que mil cosas que le quieras poner, pero lo que más nos cuesta decir es: ADIÓS PARA SIEMPRE.