Los objetivos no solo edifican nuestra vida, también robustecen nuestra autoestima y autoconfianza, pues trabajar en su consecución, afrontar y sortear sus dificultades expanden nuestra capacidad soñadora y de esta manera, ante la dificultad de un objetivo en curso, apelaremos a esas victorias pasadas para mantener el paso firme y rítmico hacia adelante.