Karen Yaritza Benítez engaña a primera vista. Quizá sea la edad, veintiún años; el cuerpo diminuto, en apariencia frágil. El ritmo pausado. El tono bajo. Pareciera que es una chica común, que quiere pasar de puntillas, no hacer ruido. Elige las palabras con sumo cuidado, las cuida, juega con ellas. Habla despacio porque ha vivido rápido. Muy rápido. Ha visto demasiado, leído montañas de libros, hecho mucha música y escrito un poco menos. Dejó la escuela porque sentía no le enseñaban lo que le urgía. Entró a un taller de escrituras para mayores, con apenas catorce años, porque el director quería saber si el texto con que se había presentado era suyo o de alguien más. Era suyo, sin duda. En ese taller, todos vieron lo evidente, el futuro. La chica más chiquita del grupo tenía un potencial literario impresionante. De su historia, sus caminos y lecturas, los hechos victimizantes que la trajeron a Usme desde Los Llanos, las zarigüeyas, lo bueno, la palabra malvavisco y algo más, va este segundo capítulo de la serie sonora “De la pe a la zeta. Voces de paz”.
Libretos: Fabián Hernández @yosoyelcolmo, Johana Méndez @jhnamndez y Rodolfo Celis @fitocelis.
Producción y edición: Fabián Hernández y Johana Méndez.
Texto: Esa Noche te Pusiste Triste. Karen Yaritza Benítez.
Lectura dramática: Camilo Bastidas.
Música original: David Barragán.
Paisajes sonoros: María Camila Marín
Beca de la Organización de los Estados Iberoaméricanos OEI