Escojamos presentarnos vulnerables delante de Dios. A nadie le gusta ser vulnerable. Es como estar desnudo en medio de la plaza principal de una gran ciudad, en donde todos nos observan. Es desnudar nuestro espíritu, alma, sentimientos y emociones. June Hunt en su libro “Claves Bíblicas para Consejería” menciona que ser vulnerable ante Dios es:
Vulnerabilidad ante Dios es un compromiso de vivir en verdadera honestidad. Salmo 26:2-3
Vulnerabilidad ante Dios es estar dispuesto a reconocer el pecado que hay en nuestro corazón. Salmo 51:4
Vulnerabilidad ante Dios es elegir ser completamente honestos en cualquier circunstancia. Salmo 119:30
Vulnerabilidad ante Dios es relacionarse con los demás con un corazón humilde. Filipenses 2:3
Vulnerabilidad ante Dios es esperar pacientemente su tiempo. Salmo 27:14.