El individualismo es el factor que nos infunde la necesidad de libertad. La posibilidad de deliberación viene después del requerimiento a esta y es inspirada por los diferentes pensamientos, idiosincrasias, contextos, identidades y culturas que nos conforman.
Políticamente, el objetivo de los Estados y movimientos totalitarios siempre ha sido fundamentalmente suprimir gradualmente el individualismo, dado a que ejercer el control sobre una sociedad tiene que ser un proceso colectivo, que eventualmente lleve a la sumisión generalizada. A nivel religioso y social experimentamos comportamientos similares. ¿Pero como podemos mantenernos activos en grupos sin perder nuestro individualismo?
De eso hablamos hoy en el podcast
JC