Debus una peligrosa tradición de Java Occidental
Indonesia es un archipiélago de culturas, donde cada isla esconde tradiciones sorprendentes. Pero hay una en particular que desafía el dolor y la lógica: el Debus. Un arte marcial, un espectáculo de resistencia extrema… y un legado espiritual que hunde sus raíces en la historia de Java Occidental.
INTERLOCUTOR 1 – HISTORIADOR
Para entender el Debus, hay que viajar al siglo XVI, cuando el Sultanato de Banten florecía en la isla de Java. Bajo el gobierno del sultán Maulana Hasanuddin, el islam se expandió, y con él, prácticas místicas y guerreras. El Debus nació como una disciplina de autodefensa, pero también como una prueba de fe. Los guerreros creían que, a través del entrenamiento espiritual, podían hacerse invulnerables al dolor. Pero lo que realmente impacta son sus demostraciones de resistencia extrema.
INTERLOCUTOR 2 – ANTROPÓLOGO
El Debus combina elementos del sufismo con técnicas de combate. Se basa en la creencia de que el cuerpo, bajo la guía de la mente y la fe, puede superar cualquier daño físico. Por eso, los practicantes realizan actos que parecen imposibles:
Se clavan dagas afiladas en el cuerpo sin derramar sangre.
Se golpean repetidamente con barras de hierro o martillos en la cabeza sin inmutarse.
Caminan sobre brasas ardientes sin sufrir quemaduras.
Se perforan la piel con agujas y cuchillos sin signos de dolor.
Incluso beben agua hirviendo o aceite caliente, afirmando que la fe los protege.
Son pruebas que, para los espectadores, rozan lo sobrenatural, pero para ellos, son parte de su entrenamiento espiritual.
INTERLOCUTOR 3 – PRACTICANTE DE DEBUS
Mucha gente cree que hacemos trucos, pero no es así. Lo que ves es real. Nos preparamos mentalmente, entrenamos nuestra respiración y nos concentramos en la fe. Yo mismo he sentido la hoja de un machete contra mi cuello y no me ha pasado nada. Si tienes miedo, el dolor te vence. Pero si confías en tu fuerza interior, el cuerpo se vuelve inmune.
NARRADOR (Cierre)
El Debus ha evolucionado con el tiempo, de una práctica de guerra a un arte que asombra y fascina. Algunos lo ven como un espectáculo, otros como una tradición sagrada. Pero una cosa es segura: el Debus sigue desafiando los límites humanos, una mezcla de misticismo, resistencia y valentía que se mantiene viva en Java Occidental.