Durante los siglos siguientes, los vikingos y sus descendientes tuvieron gran influencia en la historia europea. En las
Islas Británicas gobernaron durante muchos años hasta ser finalmente derrotados por los normandos, descendientes
de vikingos que habían recibido tierras en Normandía (Francia). En Italia fundaron el reino normando de Sicilia e
incluso llegaron a influir con sus incursiones en el Califato de Córdoba y en el Imperio bizantino. A través de los ríos
del norte intervinieron repetidas veces en el mar Báltico y en Rusia, cuyos primeros estados (la Rus de Kiev)
aparecen vinculados a aventureros vikingos.