Si no somos cuidadosos, y no estamos velando en oración, la queja poco a poco nos irá contaminando, y terminaremos siendo también personas quejumbrosas. A Moisés le sucedió.
Si no somos cuidadosos, y no estamos velando en oración, la queja poco a poco nos irá contaminando, y terminaremos siendo también personas quejumbrosas. A Moisés le sucedió.