Consecuencia de la asamblea de Siquem será la renovación de la Alianza por parte del pueblo de Dios, reiterando el hecho de declarar a Dios como el único, rechazando todo intento de idolatría, la cual siempre será una tentación. El evangelio nos desafía a tener una actitud confiada y disponible, como la de los niños, y rechaza todo impedimento a valorizar esa actitud en nuestras vidas como discípulos, pues nos dirá también que es de los que son como ellos el Reino de los cielos. ¡Señor, purifica nuestra vida y haznos dóciles a Ti!