Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.

Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.

Música © Mingos Lorenzo.

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Cuando los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñase a orar, Él no sólo les regaló una oración, sino, sobre todo, una relación. En Jesús, somos incorporados al ámbito más íntimo de su vida: la comunión con el Padre. Cada vez que pronunciamos las palabras del Padre Nuestro tomamos conciencia, renovamos y actualizamos nuestra más genuina identidad: ¡somos hijos de Dios y hermanos! De este modo, podemos comprender cuál es el sentido profundo de nuestra existencia y el auténtico contenido de toda tarea evangelizadora: manifestar el rostro del Padre, a través de las actitudes y los gestos concretos de una humanidad revestida de Cristo, el Hijo, es decir, en una dinámica de entrañable y operativa fraternidad, en la que la misericordia, la compasión, la reconciliación y el perdón ocupan un lugar central, dado que son la expresión mejor acabada del rostro Misericordioso del Padre y una fiel prolongación del modo como Él nos trata.