
Sign up to save your podcasts
Or


Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.
Música © Mingos Lorenzo.
_______________
Jesucristo es la plenitud de la Ley y de los Profetas, su realización y su cumplimiento definitivos. Él es la clave de la historia de la humanidad y de cada historia personal. Todos corremos un serio riesgo de consecuencias muy graves para nuestra vida espiritual: la absolutización de los medios, convirtiéndoles en fines. Sólo Cristo es lo absoluto, el absoluto. Pensar, juzgar y decidir nuestra vida desde Él, en Él, nos permitirá situarnos bien ante Dios, los demás, nosotros mismos y la realidad que nos rodea. El Señor es el contenido verdadero de todo precepto, norma y tradición. La vida no se juega en el cumplimiento formal de nuestros propósitos sino en vivir toda nuestra existencia con Él y como Él. Aquí radica la garantía de una vida fecunda, libre y gozosa. Desde esta actitud nuestra sensibilidad crecerá hacia lo pequeño y lo cotidiano, lo normativo y lo institucional, descubriendo las razones profundas para vivirlos de un modo maduro, responsable y generoso, en un proceso en el que cada espacio biográfico se convierte en una gran oportunidad para amar y servir.
By Diocese Tui-VigoDesde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.
Música © Mingos Lorenzo.
_______________
Jesucristo es la plenitud de la Ley y de los Profetas, su realización y su cumplimiento definitivos. Él es la clave de la historia de la humanidad y de cada historia personal. Todos corremos un serio riesgo de consecuencias muy graves para nuestra vida espiritual: la absolutización de los medios, convirtiéndoles en fines. Sólo Cristo es lo absoluto, el absoluto. Pensar, juzgar y decidir nuestra vida desde Él, en Él, nos permitirá situarnos bien ante Dios, los demás, nosotros mismos y la realidad que nos rodea. El Señor es el contenido verdadero de todo precepto, norma y tradición. La vida no se juega en el cumplimiento formal de nuestros propósitos sino en vivir toda nuestra existencia con Él y como Él. Aquí radica la garantía de una vida fecunda, libre y gozosa. Desde esta actitud nuestra sensibilidad crecerá hacia lo pequeño y lo cotidiano, lo normativo y lo institucional, descubriendo las razones profundas para vivirlos de un modo maduro, responsable y generoso, en un proceso en el que cada espacio biográfico se convierte en una gran oportunidad para amar y servir.