Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.

Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.

Música © Mingos Lorenzo.

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Jesús nos abre hoy las puertas de su corazón y nos revela el espacio más íntimo de su personalidad y de su misión: su condición de Hijo del Padre. Es en este espacio relacional donde Él quiere introducirnos para que podamos conocer el auténtico rostro de Dios, entrando en comunión de vida con el Dios Abbá, Padre entrañablemente misericordioso. ¡Cristo es su enviado! ¡Ha venido para manifestarnos su Amor incondicional y fiel! ¡Ha venido para anunciarnos la Verdadera Vida! Fijemos la mirada en Jesús, escuchemos sus palabras con la misma actitud con la que Él acoge la voluntad del Padre. El Señor nos invita a vivir la Pascua, dejando que se encarnen en nosotros sus mismos sentimientos, dejando que la ofrenda de su amor nos alcance y nos transforme. De este modo podremos vivir de resurrección en resurrección, viviendo una pascua cotidiana, dejándonos asociar, como testigos y colaboradores, a la obra de la salvación, a la acción providente de Dios nuestro Padre, con la certeza de que Él sigue trabajando en nuestro favor, y Cristo con Él. Quizás nuestra oración de hoy sea pedirles que cuenten con nosotros para seguir escribiendo una historia de salvación caracterizada por el Amor sobreabundante, la ternura entrañable y la compasión sin límites. ¡Qué paz y qué esperanza da saber que Dios no se ha olvidado de nosotros y sigue comprometido con la humanidad, con todos sus hijos!