Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.

Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.

Música © Mingos Lorenzo.

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La tensión entre Jesús y sus adversarios va in crescendo. Los esquemas de estos y sus categorías religiosas les incapacitan para reconocer en Él al Mesías prometido. Jesús insiste: «las obras que el Padre me ha concedido hacer realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí». ¡Qué importante es que contemplemos, cada vez con mayor profundidad, los misterios de la vida de Jesús, en los que se revela su auténtica identidad, la de Hijo del Padre, enviado para nuestra salvación! Contemplar el modo en el que se dirige a su Padre en los momentos de oración; su manera de acercarse a los enfermos, a los pecadores y a los que sufren; su compromiso con los últimos y con los marginados; su capacidad para abrir horizontes de vida nueva en medio de tantos sepulcros existenciales y biográficos; su exquisita sensibilidad para llorar con los que lloran y reír con los que ríen, acompañando cada situación, dándole un sentido nuevo y pleno, a través de la entrega de la propia vida.

Dos mil años después podríamos preguntarnos si nuestra vida cotidiana, en los distintos ámbitos donde ésta se desarrolla, manifiesta algún trazo de Cristo, si nuestras obras dan testimonio del amor del Padre que también nos está enviando hoy a nuestros contemporáneos para que puedan descubrir su Rostro de bondad y misericordia.