Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.

Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.

Música © Mingos Lorenzo.

_______________

¡Cuántas resistencias en torno a Jesús para reconocer quién es! Sin embargo, Él no deja de anunciar su identidad más radical: la relación que le une con su Padre Dios. Tendrá que llegar hasta el extremo de la muerte en la Cruz para manifestar definitiva y plenamente esta identidad.

Nuestro pecado, toda realidad de pecado, tiene como uno de sus efectos más dramáticos precisamente éste: eclipsar la imagen de Dios como Padre, incapacitándonos para reconocer en la divina-humanidad de su Hijo su plena manifestación. Mientras nos movamos en la lógica del hombre viejo todo serán objeciones e impedimentos para acoger esta revelación del amor de Dios. Nos veremos enzarzados en multitud de ideas, conceptos, conflictos y razones que no generarán vida alguna, al contrario, solo aislamiento, autorreferencialidad e individualismo. Pero, no perdamos la paz, el Señor camina hacia su Pascua, en ella nos abrazará y desvelará ante nuestros ojos la única verdad que da sentido a la vida del hombre: el amor sobreabundante de un Dios Padre que, en su Hijo, se ha acercado definitivamente a la orilla de nuestra existencia para hacernos partícipes de su modo de ser y de vivir.