
Sign up to save your podcasts
Or


Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.
Música © Mingos Lorenzo.
_______________
En Nazaret se produjo el encuentro de dos "síes": el Sí de Dios, enamorado y providente, dispuesto a todo para que el hombre lo descubriese Padre, Amigo y Salvador. El sí de la joven María, también enamorado de su Dios y Señor. El fruto de este encuentro fue la Encarnación de la Palabra de Vida: el Hijo de Dios hecho Hombre, uno de los nuestros, por nosotros y para nosotros. Él es la Palabra que no pasará nunca.
En el transcurso de toda existencia humana, pero especialmente en estos días de pandemia, nos sentimos atenazados por palabras que nos provocan miedo e inseguridad (muerte, enfermedad, pérdida, traición, sinsentido, enemistad, etc). Estas realidades nos acompañarán hasta el final, pero desde aquel primer latido de Jesús en el seno de María, serán para siempre palabras penúltimas.
Las palabras últimas son aquellas que Jesús pronunció y vivió como definitivas (salvación, vida eterna, amor, perdón, solidaridad, fraternidad, paz, etc). Cuando vivimos estas palabras últimas, aunque sea en debilidad, vamos pregustando y, en cierta medida anticipando, la verdad última de nuestro ser y de nuestro existir. Quizás hoy sea urgente "volver a Nazaret" para actualizar con María aquella experiencia en la que la humanidad fue definitivamente visitada y habitada por la Vida. ¡Dios con nosotros!
By Diocese Tui-VigoDesde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Ángel Carnicero.
Música © Mingos Lorenzo.
_______________
En Nazaret se produjo el encuentro de dos "síes": el Sí de Dios, enamorado y providente, dispuesto a todo para que el hombre lo descubriese Padre, Amigo y Salvador. El sí de la joven María, también enamorado de su Dios y Señor. El fruto de este encuentro fue la Encarnación de la Palabra de Vida: el Hijo de Dios hecho Hombre, uno de los nuestros, por nosotros y para nosotros. Él es la Palabra que no pasará nunca.
En el transcurso de toda existencia humana, pero especialmente en estos días de pandemia, nos sentimos atenazados por palabras que nos provocan miedo e inseguridad (muerte, enfermedad, pérdida, traición, sinsentido, enemistad, etc). Estas realidades nos acompañarán hasta el final, pero desde aquel primer latido de Jesús en el seno de María, serán para siempre palabras penúltimas.
Las palabras últimas son aquellas que Jesús pronunció y vivió como definitivas (salvación, vida eterna, amor, perdón, solidaridad, fraternidad, paz, etc). Cuando vivimos estas palabras últimas, aunque sea en debilidad, vamos pregustando y, en cierta medida anticipando, la verdad última de nuestro ser y de nuestro existir. Quizás hoy sea urgente "volver a Nazaret" para actualizar con María aquella experiencia en la que la humanidad fue definitivamente visitada y habitada por la Vida. ¡Dios con nosotros!