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Desde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Gonzalo Otero.
Música © Mingos Lorenzo.
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Cada uno de nosotros seguramente hemos hecho hace tiempo en nuestra vida la opción de acoger a Jesús como el enviado de Dios. Hemos experimentado que es Él quien da sentido pleno a nuestra existencia, y nos esforzamos por seguir su estilo de vida. Estamos guiándonos, no con los criterios de la tierra, sino los del cielo, como decía Jesús a Nicodemo.
Esto supone que nos esforzamos cada día en ir asimilando vitalmente las categorías y enseñanzas del Evangelio, que en estos días nos ha repetido uno y otra vez que el que cree y sigue a Jesús posee la vida eterna. Esto nos llena de una profunda alegría pascual y a la vez de un generoso compromiso como cristianos. Cada vez que participamos en la Eucaristía, acudimos a la escuela de Jesús, escuchamos su Palabra, nos dejamos iluminar por el ejemplo de Jesús y los apóstoles, por el ejemplo de entrega de tantos y tantos cristianos, para los que fe y vida, forman un vínculo indivisible.
By Diocese Tui-VigoDesde la Diócesis de Tui-Vigo, a través de la Vicaría de Pastoral y la delegación de Medios de Comunicación Social, te proponemos este itinerario de espiritualidad para rezar con el Evangelio de cada día desde la Cuaresma hasta Pentecostés.
Reflexión escrita por el sacerdote diocesano Gonzalo Otero.
Música © Mingos Lorenzo.
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Cada uno de nosotros seguramente hemos hecho hace tiempo en nuestra vida la opción de acoger a Jesús como el enviado de Dios. Hemos experimentado que es Él quien da sentido pleno a nuestra existencia, y nos esforzamos por seguir su estilo de vida. Estamos guiándonos, no con los criterios de la tierra, sino los del cielo, como decía Jesús a Nicodemo.
Esto supone que nos esforzamos cada día en ir asimilando vitalmente las categorías y enseñanzas del Evangelio, que en estos días nos ha repetido uno y otra vez que el que cree y sigue a Jesús posee la vida eterna. Esto nos llena de una profunda alegría pascual y a la vez de un generoso compromiso como cristianos. Cada vez que participamos en la Eucaristía, acudimos a la escuela de Jesús, escuchamos su Palabra, nos dejamos iluminar por el ejemplo de Jesús y los apóstoles, por el ejemplo de entrega de tantos y tantos cristianos, para los que fe y vida, forman un vínculo indivisible.