En lo más alto de la provincia de Chiriquí, donde el río Chiriquí Viejo serpentea entre montañas fértiles, una comunidad campesina se convirtió en símbolo de resistencia y esperanza. Caisán, un pequeño corregimiento muchas veces ignorado por los grandes titulares, logró detener varios proyectos hidroeléctricos que amenazaban los afluentes que nutren su vida cotidiana. Aunque no se logró frenar el avance total del modelo hidroenergético, su lucha es un ejemplo de organización comunitaria frente al despojo.
Por: Por: Milena Umaña. Radio Temblor internacional