En una sociedad que a menudo exalta lo joven y lo nuevo, los ancianos pueden sentirse olvidados o desvalorizados. Sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña a tratar a las personas mayores con profundo respeto y dignidad. Porque honrar a quienes han vivido antes que nosotros es también una forma de honrar a Dios. En el Libro de Levítico 19, Dios nos dice:
“Ponte de pie en la presencia de los ancianos y muestra respeto por las personas de edad”
Levítico 19:32a NTV
El trato que damos a los ancianos refleja el estado de nuestro corazón y nuestra relación con Dios. Escucharles, atenderles, honrarles y aprender de ellos es parte del diseño divino para una comunidad saludable y piadosa. Valoremos su presencia y respondamos con amor y gratitud por el legado que nos han dejado.