En el camino de la vida no todo es color de rosa. También hay muchas espinas que nos duelen y hacen sufrir: un hijo en el centro de rehabilitación, un antecedente criminal, el dinero que nunca alcanza, el ansia de beber alcohol a mitad del día, las lágrimas en medio de la noche. "Señor, ¡quítamela!" Pero la respuesta es: "Mi gracia es suficiente". El apóstol Pablo escribió:
... se me clavó un aguijón en el cuerpo... Tres veces le he rogado al Señor que me lo quite, pero él me ha dicho: 'Con mi gracia tienes más que suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad'. 2 Corintios 12:7-9
La gracia sustentadora no nos promete la ausencia de lucha, sino la presencia fortalecedora de Dios. Querido oyente, con Dios a tu lado puedes ser valiente, porque Él te da la fuerza necesaria y suficiente para enfrentar los desafíos de cada día.