Cuando eres mamá, hay momentos en que sientes que pierdes la cabeza, en que el mundo parece estar de cabeza y en lugar de sentirte dichosa y bendecida, sientes una profunda tristeza o puedes llegar a tener pensamientos inimaginables, a veces la presión de la familia o la carga de trabajo y responsabilidad puede generarte ansiedad y desesperación, muchas mujeres (me atrevo a decir que todas) experimentan alguno o todos estos sentimientos, pero es difícil discernir en qué momento se convierte en un tema de salud mental, en que momento pasa de ser sentimiento de melancolía o tristeza a una depresión profunda que no nos permite ni levantarnos de la cama y que esto ya pueda desencadenar alguna situación de violencia o de querer dañarnos y dañar a nuestros hijos, en este episodio tocamos muy por encima estos temas pero como siempre con mucho cariño.