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1 de diciembre –
DESPIERTA
Romanos 13:11 (RVC)
«Ya es hora de que despiertes del sueño, porque nuestra salvación está ahora más cerca que cuando creímos.»
Imagina que es una tranquila mañana de domingo, en Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Los marineros ya se han levantado, pero todo transcurre con calma. Se toman su tiempo para desayunar, bromean entre ellos y saborean una segunda taza de café. No saben que, en tan solo 25 minutos, todo cambiará para siempre.
A veces, tú y yo vivimos igual. No con el cuerpo dormido, sino con el alma adormecida. Nos dejamos llevar por la rutina, por la falsa idea de que tenemos todo el tiempo del mundo para acercarnos más a Dios. Nuestro viejo yo —esa parte pecaminosa que todos cargamos— prefiere que permanezcamos en una especie de letargo espiritual. Nos susurra que no hay prisa, que mañana será mejor momento para volver al Señor.
Pero el Espíritu Santo nos despierta con un llamado claro a través de su Palabra: «¡Despierta!». No para asustarnos, sino porque nos ama. Dios no quiere que llegue el día final y nos encuentre desprevenidos. Él desea que estemos listos, despiertos, con el corazón lleno de fe, disfrutando ya ahora del perdón que Jesús ganó para nosotros en la cruz.
Y si hoy reconoces que has estado distraído, indiferente o tibio en tu vida espiritual, escucha esta buena noticia: ¡Dios no se ha alejado! Él te llama hoy, te perdona, y te fortalece con su gracia.
Oración:
Señor Jesús, perdóname por los momentos en los que he vivido como si tú no importaras. Despiértame con tu Palabra. Renuévame con tu amor. Ayúdame a vivir cada día con los ojos puestos en ti. Amén.
By Academia Cristo
1 de diciembre –
DESPIERTA
Romanos 13:11 (RVC)
«Ya es hora de que despiertes del sueño, porque nuestra salvación está ahora más cerca que cuando creímos.»
Imagina que es una tranquila mañana de domingo, en Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941. Los marineros ya se han levantado, pero todo transcurre con calma. Se toman su tiempo para desayunar, bromean entre ellos y saborean una segunda taza de café. No saben que, en tan solo 25 minutos, todo cambiará para siempre.
A veces, tú y yo vivimos igual. No con el cuerpo dormido, sino con el alma adormecida. Nos dejamos llevar por la rutina, por la falsa idea de que tenemos todo el tiempo del mundo para acercarnos más a Dios. Nuestro viejo yo —esa parte pecaminosa que todos cargamos— prefiere que permanezcamos en una especie de letargo espiritual. Nos susurra que no hay prisa, que mañana será mejor momento para volver al Señor.
Pero el Espíritu Santo nos despierta con un llamado claro a través de su Palabra: «¡Despierta!». No para asustarnos, sino porque nos ama. Dios no quiere que llegue el día final y nos encuentre desprevenidos. Él desea que estemos listos, despiertos, con el corazón lleno de fe, disfrutando ya ahora del perdón que Jesús ganó para nosotros en la cruz.
Y si hoy reconoces que has estado distraído, indiferente o tibio en tu vida espiritual, escucha esta buena noticia: ¡Dios no se ha alejado! Él te llama hoy, te perdona, y te fortalece con su gracia.
Oración:
Señor Jesús, perdóname por los momentos en los que he vivido como si tú no importaras. Despiértame con tu Palabra. Renuévame con tu amor. Ayúdame a vivir cada día con los ojos puestos en ti. Amén.